Cuando la UNESCO declara un bien como Patrimonio de la Humanidad, reconoce su valor excepcional en términos culturales, naturales o históricos. Esta designación implica un compromiso global para preservar y proteger ese bien, así como para transmitir su importancia a las generaciones futuras. Sin embargo, también implica la responsabilidad de gestionar de manera sostenible y garantizar que el bien no se deteriore.
En el País Vasco hay cuatro lugares honrados con el título de Patrimonio de la Humanidad: el Puente Colgante de Bizkaia y las cuevas rupestres de Altxerri, Ekain y Santimamiñe. Además, la región cuenta con la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, reconocida por la UNESCO como un espacio de biodiversidad y sostenibilidad. Sin embargo, no ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad, sino el de valiosa Reserva de la Biosfera.