En los siglos XVII y XVIII, la república veneciana era un estado en decadencia política, pero eso no le impediría disfrutar de un periodo de gran esplendor artístico. Durante el barroco, Venecia sería un centro de primer orden: la arquitectura levantaría algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad; la pintura desarrollaría nuevas fórmulas, como las famosísimas vedutte.
En el curso conoceremos su arquitectura y, por supuesto, su pintura. Fue este arte la que destacó, especialmente por el uso del color y la búsqueda de su naturalismo. Situó el color al mismo nivel que el dibujo; esto es: convirtiendo la imagen pintada no sólo en una composición conceptualmente descifrable, sino en una impresión; no sólo en una idea, sino en un efecto arrebatador.